MIRADAS

Haile Selassie, dictador para algunos que conocieron el poder del que gozaba el Emperador y para otros un emblemático de la religión islámica-cristiana o personaje de una de las profesáis más religiosas, como “el león de juda”. Lo cierto es que Haile Selassie tenía dos imágenes y ambas podrían encarnarse en un mismo personaje. La primera imagen que “conocida por la opinión pública internacional presentaba al emperador como un monarca valiente, al que caracterizaban unas energía inagotable, una mente despierta y una profunda sensibilidad, que se había fijado el ambicioso objetivo de sacar a su país del subdesarrollo” (Kapuscínski, 1989, Pág. 127). El León de Judá como había sido llamado después de su coronación representa al Emperador: el Conquistador; esta era la imagen con la cual Robert Marley, mostro al mundo algunos de sus trabajos musicales y que en cada concierto saludaba en el “nombre de Selassie JAH Ras Tafari, siempre vivo, siempre fiel, siempre verdad” (http://www.p

Teniendo en cuenta que este libro es basado en la época en la cual el Sha era el monarca, el encargado de mantener el poder y el supuesto equilibrio de un país. Los pueblos sufrían el hambre, la pobreza y el despilfarro del capital económico que llevaban a cabo sus gobernantes. El libro es mucho más que el recuento de esta época. Fue escrito bajo la revolución que acabo con el último sha de Persia, en pocas palabras la causa de estar en el poder y caer de él, sin conocer las carencias de un pueblo. Antes de empezar a desfragmentar este libro, tendríamos que definir la palabra poder, como lo hace la Real Academia de la Lengua Española: “ tener facilidad, tiempo o lugar de hacer algo”. Si buscamos más abajo encontramos que dice; “ser más fuerte que alguien, ser capaz de vencerle.” Así, pareciera que lo apreciado al leer el Sha o las desmesuras del poder de Kapuscínski; fuera la traducción de esta palabra reencarnada en el mandato de este país. Como dice un fragmento