Es tiempo para pensar en la esperanza...
No me gusta opinar de
política, ya que esto genera reacciones que no siempre son positivas. Pero, en
esta ocasión vale la pena hacer la excepción, ya que lo vivido en las
elecciones del pasado 27 de octubre de 2019, está fuera de toda subjetividad.
Y es que el espaldarazo
que ha recibido el uribismo y el centro democrático, ha dejado mucho que decir
y mucho que pensar… en realidad la mayor parte de candidatos al consejo y a las
diferentes alcaldías elegidos por el pueblo para liderar los próximos 4 años,
no corresponden a ese enfoque político.
Bogotá y Medellín, dos de
las principales ciudades de Colombia, han dado su voto de confianza a figuras
que representan el cambio, que representan la esperanza y la no corrupción; para
lo que se viene en el periodo de gobierno 2020 -2024 para municipios y
departamentos.
Pero, la pregunta es ¿qué
pasó con el uribismo? Creo que como yo, varias personas concuerdan en que la
población está cansada de las mentiras con las que se hace política, cansados
de ciertos partidos políticos y el poco compromiso con las clases menos
favorecidas de éste país; todo esto sumado a las acciones del actual presidente
Iván Duque, perteneciente a esa corriente ideológica y los desaciertos en las
ideas y actuares del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, líder de ese movimiento
político, han cobrado su cuota en las elecciones de éste año.
Mi voto en Medellín, fue
por la esperanza de un país que se resiste a la corrupción, por una generación
que está dispuesta a hacerse escuchar y ver el cambio. Mi voto fue por aquellos
que no se atrevieron a dar el paso en las urnas, por los desaciertos que han
cometido en otros periodos pasados; pero la fe y la esperanza, va para que las
nuevas generaciones puedan disfrutar de un país capaz de elegir bien y corregir
los errores de los gobernantes que solo hacen politiquería, que se esfuerzan para
“robar” con corrupción cuando son elegidos.
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